Mediante mensajes desde su móvil empezó a hablar con la amiga de su novia, con actitud desinteresada, y para su sorpresa, después de insistir varias veces, la amiga llegó a su casa preguntándose que ocurría. Fue entonces cuando Raul descaradamente la sentó sobre el sofá y empezó a observarla detenidamente, obsesionado. Llevaba una falda corta mostrando sus delgados muslos, tal y como había soñado, con su fija sonrisa y su largo cabello rubio bordeando su espalda.
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